(Tercer borrador)
Jornadas
Del Silencio al grito. La violencia nuestra de cada día.
GRITO-ACCIÓN EN LAS CALLES E INTERSTICIOS DEL SISTEMA
(El ser que se hace en los "entres")
Los temas que aparecen abordados en este momento de escritura de este trabajo, toman la violencia en el consultorio, en la familia, en la escuela y violencia hacia la mujer, aunque tal vez se presenten otros.
A partir de este punto, se nos ocurrió que podría ser interesante (no necesariamente importante), trabajar sobre la violencia, el silencio y el grito en las calles y en los intersticios del sistema social, inter o intra institucionales. Esos "entre", a veces no muy ubicables a la percepción social, tan manipulada por la reificación comunicacional masiva. "Entre" potente y fecundo que ya desde hace tiempo, en este nuevo tiempo, que se ha abierto, aparece como grito en el seno de la acción y va generando nueva conciencia, nuevas posiciones subjetivas.
En el campo psi y en otras disciplinas, las concepciones de la subjetividad son tributarias en lo nocional-conceptual de pensamientos que tienen sus raíces en determinadas coyunturas. Sociedad victoriana europea, tiempos de la posguerra con el estructuralismo, o en otros contextos la ideología sistémica y/o guestáltica, por mencionar algunas. Sin embargo, más allá de sus diferentes tiempos de aparición o de sus diferentes territorios y de conceptos que pueden seguir teniendo vigencia, en sus dimensiones profundas en tanto pensamiento, en ciertas matrices categoriales, son tributarios en mayor o menor medida de una filosofía heredada que viene desde los principios de la civilización occidental, con sus ideas sobre el ser uno e inmodificable. Filosofía de lo general, de lo idéntico, de lo semejante, del ser detenido en el tiempo.
Esa subjetividad, enmarcada en instituciones como el consultorio, la familia, la escuela y podríamos decir la fábrica o la cárcel, es supuestamente abarcada por un profesional que tiene un supuesto saber y un poder de hacer sustentado en las raíces señaladas.
Pero los acontecimientos del mundo, en su devenir, dicen de subjetividades que se salen de esos marcos tradicionales. Son aquellas que se van constituyendo en la trama, en los sutiles lazos comunicables e incomunicables de los movimientos sociales. Movimientos que parten de la acción y son analíticos en su más profundo sentido en tanto producen conocimiento, producen cultura, producen discursos y haceres alternativos, referidos no a un mundo mejor, sino a un mundo otro. Son los sujetos que les dicen a los dicursos dominantes, a ustedes ya no les creemos, sabemos que nosotros no somos quienes ustedes dicen que somos, nosotros somos otros y hacemos, decimos y nos pensamos en otro lugar, aunque desemos que sea en ese mundo otro.
Al respecto, Foucault y Deleuze lo expresaban hace ya más de un cuarto de siglo en un diálogo con palabras que hoy podrían tener aún mayor pertinencia. Decían que no hay aplicación de una teoría por que "la práctica es un conjunto de conexiones de un punto teórico con otro, y la teoría un empalme de una práctica con otra". "Lo que hay es un sistema de conexión en un conjunto, en una multiplicidad de piezas y de pedazos a la vez teóricos y prácticos". "El intelectual teórico ha dejado de ser un sujeto, una conciencia representante o representativa. Los que actúan y los que luchas han dejado de ser representados ya sea por un partido o un sindicato que se arrogara el derecho de ser su conciencia. ¿Quién habla y quién actúa? Es siempre una multiplicidad, incluso en la persona. No existe ya la representación, no hay más que acción, acción de teoría, acción de práctica en relaciones de conexión o redes".
"Los intelectuales han descubierto después de la avalancha reciente, que las masas no tienen necesidad de ellos para saber, saben claramente, mucho mejor que ellos; y lo afirman extremadamente bien. Pero existe un sistema de poder que obstaculiza, que prohibe, que invalida ese discurso y ese saber". Ellos mismos, intelectuales, forman parte de ese sistema de poder, la idea de que son agentes de la "conciencia" y del discurso pertenece a este sistema. El papel del intelectual es ante todo luchar contra las formas de poder allí donde éste es a la vez el objeto y el instrumento: en el orden del saber, de la verdad, de la conciencia, del discurso".
"Una teoría es el sistema regional de esa lucha". "La teoría no se totaliza, se multiplica y multiplica".
Y la pregunta que surge es: Cómo situarnos hoy en el adentro de nuestro égido de poder-saber ante ese afuera que nos obliga a pensar, si es que no queremos encerrarnos dentro de cercos imaginarios (El psicoanálisis está fuera de la cultura como llegó a decirse) y más aún si no queremos seguir interviniendo con la gente que a las consultas o en otros contextos, a partir de ideas que surgieron en un mundo que ya no existe.
Es interesante ver como aparecen esas posiciones en profesionales del campo psi. Recientemente se vio como por ejemplo se piensa que se puede poner una foto de Freud o de Lacan en el consultorio por que supuestamente no tienen significación ideológico-política, pero no la foto de otros, políticos o no porque eso, supuestamente contaminaría la "transferencia".
Esto nos dice de la dificultad ante estos problemas, en tanto aún hoy existen profesionales que creen sinceramente que un lugar de saber-poder como el que tratamos no tiene significación política. Pareciera que ese "nosotros estamos fuera de la cultura", sigue imperando en las cabezas, no sabemos si de muchos o pocos.
Tal vez haya una confusión-malentendido respecto de qué se dice cuando se dice "Política" y convenga diferenciar "lo político" de "la política".
Lo político está presente en toda acción humana que implique relaciones en las que se crucen relaciones de saber-poder. Un relevamiento de situaciones que no entre acá nos daría una lista sería muy corta. En ese hecho, no necesariamente existe la conciencia del lugar que se ocupa en esas relaciones ni del deseo que nos lleva a sostenernos en esos lugares, o los deseos propios o ajenos que nos obliguen a estar ahí.
La política, se refiere en general a la acción que tiene como objetivo entrar o permanecer en la lucha por el poder en una situación social determinada, sean acciones de política institucional fuera de los partidos políticos o en ellos.
Por lo tanto, en el análisis hay una política implicada aunque no exista la intensión de sostener un lugar de poder. La cuestión es entonces pensar de qué manera esa política no conlleve la violencia del ejercicio de poder que puede ejercerse y éste se convierta en un proceso de semiotización general ejercido por un cuerpo sin órganos que lleve todo al seno del propio discurso.Tensión permanente entre pedagógía y análisis. Entre pedagogía como transmisión no pensada de consignas y análisis como esa posibilidad de poner todo en cuestión.
Es muy difícil, en este sentido, que pueda sostenerse un ejercicio de interpretación sin que éste se convierta acto de violencia. Por ello podría pensarse en un ejercicio de experimentación conjunta donde el presente y el futuro sean los articuladores necesarios en primer lugar. Experimentar en la trama de una puesta existencial que implique mirar el hoy de lo que aparece y mirar adelante en un vivir sin memoria, en tanto vivir-devenir, en tanto ser como ser innovador. Y al mismo tiempo, en esa misma trama, mirar el pasado para ir construyendo una memoria contra la historia. Una memoria de vida contra la historia de fantasmas que aparecen en la forma de mitos, sociales, institucionales y personales.
Si hablamos de fantasmas, decimos formas, figuras coaguladas, a las que les atribuímos espesor y consistencia. Mitos de cierre, de captura, sea Dios, juez, padre, ley, u otro representante de lo eterno, inmóvil, como matrices de todo pensamiento reactivo.
La experimentación, se refiere a la puesta en acto de la afirmación, de la imaginación, de la creatividad, de la creación tal vez, de otros mitos de apertura, hacia la autonomía, la libertad de los flujos de deseo que articulen en todas las formas posibles los planos de inmanencia, donde las multiplicidades en lo profundo dicen de los infinitos posibles. Con los de consistencia, donde esos flujos se van delineando y fijando puntos de conjunción-disyunción. Y con los de organización, que hacen a la inclusión en las formas de la vida social.
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(Segundo borrador 10-04-03)
Trabajos: 6 páginas A4 de 2,5 cm. Arriba y abajo, 2 cm. Costados. Doble espacio.
La bibliografía puede ir aparte.
Resumen de una página al 30 de abril.
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