Clínica ampliada

Alberto S.E.Ascolani

 

 

Clínica ampliada: una herramienta

para las prácticas sociales

(Breve acercamiento)

 

           

            En las últimas décadas han aparecido frecuentes interrogantes y algunas propuestas sobre como pensar y poner en práctica enfoques de trabajo en diferentes instancias y situaciones de la vida social, de tal manera que superaran en operatividad las limitaciones de los planteos disciplinarios y en lo que implica el contacto, el diálogo con sujetos, que superaran también lo puramente intuitivo-empírico de los procederes.

            Esas propuestas que tomaron diversos nombres como interdisciplina, multidisciplina y más recientemente transdisciplina, en general, no se ha definido claramente. No siempre se sabe si en realidad son sinónimos o cada una tiene una identidad diferencial. Al respecto en el escrito que surgió del trabajo en el Colegio de Psicólogos de Rosario, aparecen algunos intentos de discriminación. Hoy quiero plantear algunas ideas sobre un aspecto de la cuestión que pone el acento en la práctica, en el hacer concreto y que denomino clínica ampliada.

            Como todo, estas cuestiones tienen sus historias o en todo caso sus novelas que no han sido rescatadas suficientemente para un debate que requiere de imaginación para pensar este tema dado, que puede constituirse en cuestionador de muchas ideas imperantes.

            Quiero tomar algún fragmento de ellas para pensar la trama socio-histórica en que se fue desenvolviendo la problemática de las prácticas sociales referidas a algún tipo de acción hacia los sujetos, que se supone benefactora.

            La necesidad de conocer y reflexionar sobre las formas y los fundamentos de estas prácticas en diferentes épocas no tiene interés solamente académico o histórico porque aún las más longevas siguen vigentes en el presente.

            La antigüedad estuvo signada por la referencia de las prácticas curativas o de otras formas de cuidado de las personas, a lugares sagrados. Aunque asumió muchas formas, el paradigma de esta forma lo constituye el lugar del sacerdote, quien a partir del carisma recibido adquiere para los creyentes la capacidad de saber y de actuar sobre sus problemas. Es el lugar del intermediario del poder de la causa-una absoluta.

            Existen antecedentes de investigaciones, de planteos sobre la práctica o de teorías elaboradas sobre ellas como es el caso de la medicina antigua, donde encontramos aportes extraordinarios como los de Hipócrates , quien desarrolló un modelo de trabajo clínico más amplio y profundo que algunos actuales. Pero aún así, el pensamiento mítico-religioso signó muchas de sus ideas.

            Es a partir del deterioro del antiguo régimen y del surgimiento de una mayor autonomización del pensamiento que van apareciendo investigaciones e ideas que tendrán a resituar las posiciones.

            Sin embargo, dicho proceso no fue pacífico y chocó con la represión social. Quien no se retractaba podían terminar en la hoguera, como Giordano Bruno, o podían sobrevivir si se desdecían, como Galileo Galilei.

            Ciertas investigaciones, como las anatómicas tuvieron que asumir como práctica la clandestinidad. Pero en ese transcurrir, la medicina adquirió mayor identidad, la que fue acercándose con los siglos a las tesis mecanicistas y positivistas, posición que sobrevive aún hoy en muchas de nuestra universidades. En ese mismo proceso, el médico disputó, compartió y en casos reemplazó territorios que correspondían al sacerdote. Particularmente en el plano del "alma", el "espíritu" o la "psiquis". Con el surgimiento de la psiquiatría, esa apropiación se fue haciendo más amplia, aunque no exclusiva.

            En ese mismo transcurrir, la expansión de las ciudades, los procesos de mecanización de la producción con la consecuente complejización de la vida social y los nuevos problemas que presentaba la gobernabilidad para los sectores de poder, hizo surgir la demanda de otros saberes cuyos campos se fueron definiendo en diversos compartimentos, salud mental, educación, organización social, conocimiento de diversas etnias...pero en el fondo esa demanda apuntaba a que coayuvaran a la construcción de determinado tipo de individuo. adaptado y disciplinado, a los fines de que la posibilidad de la conducción política no escapara de las manos que quienes la detentaban. El surgimiento de desarrollos científicos en general y de las ciencias sociales en particular constituyeron la respuesta a dichas demandas (1).

            Se va desarrollando entonces un proceso de fragmentación que iría confluyendo en la constitución de disciplinas, que culmina en el siglo que finaliza. El desarrollo de las diferentes disciplinas en el campo de las denominadas "ciencias sociales" va desde las propuestas globales de explicación de la vida social, a explicaciones sectorizadas sin operatividad en la práctica sobre los sujetos, al desarrollo de técnicas que tenían ese objetivo.

            La construcción de teorías obedecía en general, a la demanda de afirmación de las ideologías dominantes, de justificación, esta vez por la "ciencia". lugar ocupado por la sociología, la antropología, la psicología social, el psicoanálisis.

            A primera vista podría pensarse entonces que de la visión y acción de lo "Uno" sobre el sujeto, se pasó a la visión fragmentada y a las acciones variadas desde las diferentes disciplinas. Visiones y acciones fragmentadas que tenían una contracara, dado que fueron confluyendo en la visión única de la razón moderna, pero sobre todo en el plano de lo político, confluían en afirmar la ideología y el control social por parte de los poderes económico-políticos porque si bien se habían dado cambios significativos en el plano de las concepciones y de la organización política hacia la presencia y derechos de los ciudadanos a tomar ciertas decisiones, en el plano de lo económico no hubo ninguna revolución.

            Respecto de las ciencias sociales, dicho proceso tenía y tiene una faceta que es la de "dividir para reinar", porque mientras más fragmentario fuese el orden de lo visible-decible disciplinario, menos posibilidades de la percepción más globalizada de los procesos que se deseaban ocultar. En este plano podrían situarse los profesionales en su posición de agentes-policías del sistema, aún cuando, coherente o contradictoriamente, según los casos, sus funciones fuesen signadas también como de beneficio para los sujetos. En ese sentido, muchas veces se hace un bien en un lugar y un mal en otro, caso del médico que cura y al hacerlo restituye al sujeto a un lugar de trabajo que lo enferma (3).

            Otra faceta estaba constituída por la lenta conformación de una ideología que se apropiaría de las antiguas referencias teológicas para llegar a conformar en esta época unma nueva religión que tiene como ídolo la figura del mercado. Se fue pasando entonces de la pasividad ante los designios inexcrutables de la "voluntad divina" a los designios también inexcrutables de la "mano invisible del mercado" (4).

            Por otro lado, como los procesos socio-históricos no son homogéneos, unificados, sino contradictorios, dado que dichos procesos y las estructuras que van constituyendo siempre tienen huecos, fallas y nunca pueden producir efectos de alienación total sobre los sujetos, kse fue dando la continuidad de experiencias, escritos y lecturas alternativas. En los últimos períodos van apareciendo obras revulsivas como las de Marx en economía y política, las de Nietzche en filosofía, las experiencias y obras de los socialistas utópicos en cuando a la organización y sentido de la vida social, que confluyen hoy en obras también revulsivas que signan pensamientos y prácticas y unos casos y coinciden significativamente con otros que no han tomado esas vertientes filosófico-teóricas sino que van llegando a postulaciones similares a partir de experiencias sociales, como es el caso de los movimientos sociales.

            En cuanto a un aspecto de lo que apuntamos ahora, se producen así lentamente pequeos acontecimientos que van signando las producciones y prácticas profesionales referidas a disciplinas aisladas. Esas prácticas fueron mostrando sus fallas y esos pensamientos revulsivos fueron infisionando las antiguas seguridades.

            Aquí también surgen diferentes vertientes que intentan procesar de maneras singulares las crisis del sistema capitalista y sus efectos en el deterioro de la vida de un porcentaje significativo de la población y consecuentemente de las crisis al interior de las prácticas profesionales.

            Por un lado vuelven a tomar fuerza las prácticas religioso-místicas, con relación al cuidado espiritual-mental-físico de los sujetos, que en general prometen soluciones rápidas y mágicas a diferentes problemas y sufrimientos. El espectro de estas prácticas va desde los curas o pastores "sanadores" a diversas terapias alternativas que mesclan referencias de la psicología, con filosofías orientales o desarrollos místicos autóctonos. Esto se da en lugares "no oficiales" pero también se apoyan en habilitaciones profesionales que extienden sus referencias a los mismos campos ideológico-filosóficos y culturales de occidente y oriente (5).

            Por otro lado, se fue conformando la crisis de las prácticas profesionales disciplinarias que dio lugar a intentos de superación a través de diferentes propuestas de "integración".

            En "este lado" existen heterogeneidades que se muestran en las experiencias realizadas y en realización. Unas se vuelcan del lado de las propuestas "interdisciplinarias" que en realidad se resuelven en la práctica de hacer lo que se puede juntos, sin una interrogación consistente en cuanto a los aspectos conceptuales y metodológico-técnicos implicados. Posición que se resuelve en una práctica empírica sin mayores pretensiones.

            Otros plantean la necesidad de la revisión conceptual de los aspectos implicados en esta integración. Desde planteos multidisciplinarios hasta los transdisciplinarios aparece entonces la posibilidad de la ruptura de límites disciplinarios para acceder a pensar y operar desde otras perspectivas y con otros efectos. Es necesario al respecto precisar que estas posiciones no implican la idea de una integración para la recomposición de la referencia a la causa una, sino lo contrario.

            Se trata de la necesidad del agenciamiento, de la apropiación de todas las herramientas que se hallan al alcance con objeto de acceder a la singularidad del otro, individuo, grupo o institución. Con lo que el proceso iría entonces de la heterogeneidad a la heterogeneidad, sin referencia a ningún Uno absoluto.

            Llegamos de nuevo a la necesidad de pensar la clínica, no ya desde la remanida y caduca referencia a "clinos", cama con la historia y la dominancia médica, sino clínica referida a la cura, como cuidado del otro. A la clínica como la posición que nos puede permitir el acceso a esa singularidad del otro, a su diferencia.

            Cura, cuidado que puede encarnarse en la relación con un enfermo orgánico, con alguien con problemas psíquicos, con un sujeto en proceso de aprendizaje, con dificultades en el lenguaje, con dificultades económicas y consecuentemente de desarrollo, personal y social, con alguien que pretende redefinir sus referencias culturales, con quien debe resolver el problema de su hábitat y así siguiendo.

            Cuidado por el otro, saber lo más que se pueda para acceder a su singularidad, a la relación de sus deseos y de sus capacidades con las posibilidades y barreras que le presentan sus propias determinaciones y las que le presenta la realidad.

            Difícil objetivo en tanto las prácticas profesionales escindidas o interdisciplinadas han sido regidas y siguen siéndolo por la dependencia a lugares de saber y poder que operan más o menos despóticamente en los diferentes campos. Y siendo esto así, queda en pie el interrogante sobre los caminos a seguir para transferir los conocimientos necesarios desde los campos más desarrollados hacia aquellos que, necesitándolos, no los poseen. Está claro que la participación de todos haría más enriquecedor el emprendimiento y por otro lado, el no participar por parte de los representantes de algunos de los campos implicados, hace correr el peligro de quedar fuera de un espacio que está demostrando caminar hacia su propio desarrollo a partir de acciones autónomas y claramente productivas.

 

 

Referencias:

1. Ascolani A.: Psicología, ciencia, ciencias sociales, ideología y también, Reflexiones sobre lo institucional,  En: Ascolani A.:Derivas...de la psicología al análisis institucional. Rosario. Ed. de la Sexta. 2da.edición.

2. Ascolani A.: Poder, mito, teorías sociales, subjetividad. En Ascolani A.: La novela de occidente. Rosario. Ed.del Arca. De próxima aparición.

3. Ascolani A.: El psicólogo y la práctica hospitalaria. En Derivas...cit.

4. Hinkelammert F.: La idolatría del mercado. Córdoba. Tiempo Latinoamericano.

1.    5. Ascolani A.: Sobre la cura en el campo de lo psíquico (entre el mito, la mística y la ciencia). En: Derivas...cit.

 

Rosario, abril de 1998.                             

                                                                                                          Alberto S.E.Ascolani

 

  

Bibliografía para el programa de clínica ampliada

 

Ascolani A.: Clínica ampliada: una herramienta para las prácticas sociales. Ficha

                    Derivas...de la psicología al análisis institucional (Selección)

                    La novela de occidente (Inédito) Introducción

Análisis institucional. Material tratado en la reunión de perfeccionamiento de los equipos interdisciplinarios. Colegio de Psicólogos. Rosario.

                    Control Social y salud mental. Actas Congreso de salud mental. La Grieta.

Deleuze G. Y Guattari F.: El antiedipo. Cuarta parte: Introducción al esquizoanálisis.

Guattari F.: La intervención institucional.

Varios: Espacio institucional. (Selección.

Malfé R.: Fantásmata.

Ulloa F.: Novela clínica psicoanalítica.

Saidón y Kononovich: El cuerpo en la clínica institucional

Said´n O. La escena institucional.