martes, 19 de julio de 2011

Constitución de la subjetividada y movimientos sociales

 

 

 

Constitución de la subjetividad y movimientos sociales *

 

 

En primer lugar deseo agradecer la invitación a este Simposio a una mesa sobre Deleuze en la que estaban un filósofo y un colega que suele producir trabajos muy sustanciosos y que suele leerlos, olvidándose del tiempo y de la capacidad de resistencia de los oyentes.

  Dije no porque soy un lector no consecuente de Deleuze y no un estudioso, pero sobre todo debido a un malentendido en el que me sumió mi propia subjetividad, que me parece interesante analizar, si me lo permiten, dado el tema de este mesa.

En realidad, cuando me llegó la invitación, leí «Escuela de Filosofía» y mi pensamiento quedó capturado por ese significante, porque según parece, lo que seguía «Pensamiento contemporáneo», quedó atado a lo anterior.

 Recordé, siendo sincero conmigo mismo (a veces lo soy), lo que le había comentado a Manuel (un filósofo, pero amigo), si me encuentro con un filósofo, me inquieto, si me encuentro con dos, empiezo a atemorizarme, y si se trata de un grupo, el miedo puede ser demasiado. Manuel me había respondido mientras se iba alejando, que en realidad, el que suele «meter miedo» soy yo. Como no entendí bien lo que quiso decir, eso queda para su elucidación posterior.

  Eso, sumado a la imagen de esos torrentes de saber que podrían caer sobre mí desde el nivel de los expositores (que seguramente estaría bastante más arriba), me hizo decir que no y plantear que podría estar más cómodo en temas como los de esta mesa.

Mirado desde otro sesgo, creo que estos temas me obligaban a situarme por lo menos en un puente entre la reflexión desde una realidad social, que hoy aparece como esperanzadora y sorprendente y en todo caso el pensamiento de algunos aspectos conceptuales que pueden resultar útiles como herramientas para seguir pensando.

 Creo que ese malentendido fue un analizador, un acontecimiento que hace surgir algo de la verdad, algo de la entraña de estos procesos y, para vergüenza hacia mí mismo, a pesar de mis peleas con cierto platonismo, me sentí que había pensado desde allí. Y había colocado al filósofo como centro, como referencia quizás a ese Uno absoluto del ser incognoscible siempre ahí en otro lado o esa esfera de la perfección con ese ser irradiando desde quién sabe que centro cósmico.

 Imaginariamente quise colocarme en otro lado, cuando en realidad eso mismo se planteada para este evento: la propuesta de lo heterógéneo que aquí se está viendo, felizmente.

Y bien, acá estamos, hemos visto un video sobre el desempleo en esta región y escuchado los importante comentarios de Carlos Núñez. Creo que las imágenes y las intervenciones de los entrevistados se han volcado del lado trágico de esta realidad.

 Sin embargo, al final, aparece la voz en off diciendo que la vida sigue, que es necesario resistir y seguir luchando porque un mundo diferente es posible.

  Nos encontramos acá con parte de la realidad, que hemos traído acá, a un lugar donde aparece el deseo de saber sobre ella para poder actuar. Ahí recordé, quizás otra vez por esos juegos de la subjetividad, aquel «Canto al baile» de Zaratustra1, cuando, luego de alabar las divinas danzas y la belleza de unas jóvenes, anticipándoles que cantará con ellas, dice: «Cierto que soy una selva y una noche de oscuros árboles; pero el que no tema mi oscuridad encontrará bajo mis cipresis sendas de rosas». Desea que eso sea una sátira sobre la gravedad, un diablo soberano y omnipotente, que dicen es el «dueño del mundo». Canta a la vida y a la caída en lo insondable. Pero ella contesta que no es sino voluble y salvaje mujer en todo, y no una mujer virtuosa.El dice que si se inclina a la sabiduría, y a menudo con exceso, es porque le recuerda bastante la vida. «¿Qué he de hacer, si se parecen tanto las dos?».

   En otro parágrafo dice: «...¿será que para la mujer nada es imposible? Extraña coincidencia por aquella advertencia del escritor bíblico cuando decía que si a la mujer se le sueltan la sogas, se convierte en indomable.

   Creo que esas caracterizaciones, mujer, vida, indomable, no virtuosa, me resonaron, me afectaron. Y se impuso una pregunta ¿por qué no virtuosa?. De nuevo algo se resistía desde nuestra clásica idea del bien, pero pude decirme: ¿cual es la virtud de este sistema mortífero que vimos en acción en el video y que podemos descubrir en todo el pasado que podamos recorrer?¿De qué vale esa virtud que se nos exije sino para la pasividad y la renuncia a la vida?

   Sí, a esa ética destructiva debemos oponer otra que afirme la vida. Precisamente, esa posición puede ser vista por el pensamiento dominante como «no virtuosa».

   Sí, en esta perspectiva no nos queda otro camino que ser no virtuosos y por ende transgresores.

   Cuando veía el video, recostado sobre ese lado del asesinato, del daño y de tantos profesionales, investigadores, gremialistas, periodistas hablando de eso, recordé otro video realizado en su totalidad por un grupo de autodenominados «cartoneros» de un barrio marginal en el oeste de Rosario con una población compuesta por esos pobres estructurales de los que hablaba Victorio Paulón en el video, y otros que no lo fueron, artesanos, obreros y empleados que habían perdido sus trabajos.

   Ellos se habían posicionado en un nuevo lugar, habían sobrevivido, se habían organizado, pensaban, debatían, creaban en un proceso de producción sorprendente2.

   Ellos cierran el video diciendo que «Encuentran vida donde nosotros solo vemos basura». Se habían posicionado como sujetos, nuevos sujetos y estaban participando de hecho en un movimiento social de perspectivas abiertas.

   Como ustedes habrán visto, oído y supongo que pensado, estas realidades presentan complejidades que se constituyen en un desafío al pensamiento y al respecto nos permite proponer apenas un diagrama para pensar, o quizás para poder pensar.

Con respecto al tema de la subjetividad sólo tomaremos un sesgo de análisis que nos permita una reflexión sobre las posiciones de sujeto con respecto a los movimientos sociales, o sea que no nos interesa realizar finas discriminaciones académicas que seguramente ustedes podrán escuchar en otros trabajos.

   Subjetividad ha sido aquello a lo que remiten ciertas expresiones que se observan en la vida social. Al decir que son «subjetivas» se lo refiere a la «psiquis individual» en oposición a que que podría considerarse «objetivo». Lo objetivo, como expresión de un campo de saber «científico», toma a lo anterior como lo que puede contener un error o por lo menos no da garantía de verdad.

Este mecanismo de descalificación explícita o implícita funcionaba también en la política, especialmente en los sectores tributarios del socialismo precisamente autodenominado «científico» en tanto en esa perspectiva se hablaba de «condiciones objetivas» y «condiciones subjetivas». Las estrategias de conocimiento o de acción política se centraban en las primeras, mientras que las segundas quedaban excluídas.

   En esta coyuntura histórica, son ya connotados teóricos marxistas quienes hablan de otra cosa. Es el caso de Perry Anderson, entre otros, quien, acusando a aquel marxismo de haber caído en la «miseria de la estrategia», llama a pensar ésta desde otras perspectivas que incluyen a nuevos sujetos3.

   Hoy es difícil soslayar la discusión de estas posiciones y si además observamos de cerca la realidad de esos sujetos colectivos no podemos sino pensar la subjetividad en su efectuación social y en tanto condiciones que afectan a grupos de individuos por igual, permitiéndoles asumir posiciones, pensarse y pensar la realidad desde atravesamientos singulares.

   Quizás se trate de una novedad en el proceso de conocimiento de la realidad y de la acción sobre ella, en tanto la verdad no se dice desde un lugar UNO, sino desde diversos lugares. Es posible pensar también que se trata no de una verdad, sino de verdades que en su entrecruzamiento y producción en el proceso del devenir del mundo, va construyendo una o más proposiciones que mañana serán verdades nuevas.

   Se han estado produciendo situaciones de cambio en el mundo actual que indican la caída de aspectos importantes de concepciones filosóficas, teológicas, teóricas y políticas de la sociedades antiguas y del tiempo de la modernidad, aunque como veremos, subsisten bases significativas.

   La producción de graves problemas sociales como el deterioro ambiental, guerra fría o conflictos de baja intensidad inventados por la necesidad de producción y tráfico de armas, agresiones a los derechos humanos en forma directa o como efectos estructurales, notable redespotización del accionar de las grandes instituciones políticas y económicas ha ido produciendo visiones del fracaso de la ideología del mercado, han impulsado el crecimiento de movimientos de resistencia, pero por otro lado, en casos articulados con los anteriores, y en otros obedeciendo a dinámicas propias en tanto vienen desarrollando su acción a través de diferentes coyunturas, han crecido los movimientos por los derechos de la mujer, de minorías sexuales y otras, por nombrar unos pocos, originando o enriqueciendo procesos de constitución subjetiva novedosos.

   De una u otra manera, esos sujetos colectivos dijeron y dicen a los detentadores y legitimadores de discursos dominantes: nosotros ya no creemos en lo que ustedes han establecido como verdad, nosotros no somos los sujetos que ustedes dicen que somos, somos otros, nuestra referencia es un mundo otro.

   Con esto fueron operando un doble movimiento de producción de subjetividad y de enunciación: la realidad puede ser pensada de otra manera, nosotros somos, deseamos, decimos y actuamos según otro parámetros.Ustedes dicen que no somos virtuosos y nosotros decimos que nuestras virtudes son otras.

   Pero no nos confundamos, estas fragmentaciones, estos procesos que a veces parecen islotes, no implican diferencias inorgánicas, sin relación o sentido. No tienen nada que ver con el pensamiento posmoderno del «todo vale», ni de la fugacidad, ese nuevo mito.

Acá se observa también un doble movimiento: por un lado la posición de sujetos diferentes, no cerrados, en procesos de autoproducción, en la afirmación de identidades en devenir, pero a su vez existen coincidencias en cuestiones fundamentales: son grupos horizontales, afirman los valores de solidaridad, de cuidado por cada uno y por los otros, afirman la creación, la aceptación de las diferencias hacia su interior y hacia afuera. Sujetos en los que las relaciones entre igualdad y diferencia se da en forma original.

Aún con sus dificultades y la acción de ese problemático enemigo interior que son los deseos reaccionarios cuando desvirtúan las catexias de interés progresistas, son posibilitadores de una democracia más auténtica en tanto articulan derechos individuales, derechos sociales, derechos políticos y derechos económicos. Una democracia que marca un más allá de éstas que vivimos, que son democracias que enuncian igualdad de derechos en el nivel jurídico-político que encubren desigualdades como resto del pensamiento teológico que estuvo a la base de las sociedades antiguas. Estos elementos constituyen esos enunciados de igualdad en ficción. Y qué decir de aquellas desigualdades e injusticias de las que nunca se ocuparon como son las económicas.

   Pero como pensar entonces los cambios tecnológicos. Estos son reales y participan en cambios en los modos de las relaciones sociales y en la producción. Es posible también que produzca en quienes los utilizan, procesos de subjetivación y de operatividad mental diferentes. Un ejemplo interesante es el de los procesos de aprendizaje. La tecnología computacional, informática, de redes pareciera que inciden en el procesamiento de un aprendizaje configuracional en niños y jóvenes. Eso implicaría la superación del aprendizaje predominantemente lineal al que nosotros nos vimos sometidos. De todos modos esos cambios, para que puedan apreciarse en mayor amplitud, pueden requerir un tiempo que es difícil predecir.

   El problema estriba en que estas máquinas técnicas influyen, pero en último término adquieren su sentido por su articulación en las máquinas sociales. Así, el poder portentoso de las primeras podrían acabar con el hambre y cualquier endemia social si estuvieran integradas a otra máquina social que no funcionara atada a un proyecto de muerte como éstas que nos ha tocado en suerte soportar.

   Tampoco debemos llamarnos a engaño respecto de lo que abarca en la actualidad estas máquinas técnicas. La semana pasada Atilio Borón decía que al día de hoy, la mitad de la humanidad nunca ha hablado por teléfono. Y esto se dice luego de más de un siglo de su invención. Queda por dilucidar la relación relativa entre lo que Manuel Castells llama las ciudades red, en las que se concentran la mayor parte de los adelantos tecnológicos y aquellas donde vive la gente común, que son la mayoría y donde estos adelantos no se tiene mucha idea de cómo actúan.

   Yo he tomado más de una vez un dicho cuyo autor desconozco: «El mundo actual es una paradoja de progresismo tecnológico y primitivismo social».

   Efectivamente, otro problema en cuanto al orden de la subjetividad se refiere a que en el proceso de su constitución existen elementos que vienen permaneciendo desde milenios y que constituyen articuladores fundamentales en  la supervivencia de estructuras institucionales y de organización de las sociedades.

   Se trata del tema de los mitos fundantes que he incluído en varios trabajos. Los mitos del padre, de la necesariedad de sociedades estratificadas, de la distribución de la riqueza desigual, se han naturalizado y siguen vigentes4.

   Estos mitos durante milenios ha legitimado la constitución de sociedades despóticas de distinto signo y han contribuído también a la destrucción de innumerables experiencias de sociedades totales o experiencias más acotadas que asumieron formas más igualitarias.

   Esos mitos, que he rastreado fragmentariamente en la mitología griega y hebrea, han alimentado las sociedades con hegemonía teológico-sacerdotal, las monarquías de derecho divino y otras. Se introdujeron en la ciencia política, en las ciencias sociales y el psicoanálisis.

  En el plano político aparecen hoy en figuras claves de las democracias como son las investiduras, los fueros, las partidas reservadas, es decir en la intangibilidad del funcionariato que de hecho se convierte en una «vaca sagrada».

   En unas y otras sociedades aparecen entonces la afirmación de elites privilegiadas en las cuales permanente o temporalmente un sujeto el colocado en una posición de ser diferente al resto.

   Un aspecto interesante en esos mitos lo constituyen aquellos referidos al género, dado que en milenios, la posición relativa de la relación varón-mujer ha variado en un sentido que se correlaciona con el lugar de los otros mitos mencionados. En La novela de occidente sólo he apuntado pocas ideas por lo que resta como tema a desarrollar.

   En pocas palabras podría decir que en los albores aparecían dioses de ambos géneros y que en períodos bastante coincidentes en el ámbito griego y hebreo se van produciendo modificaciones. En la mitología griega se va produciendo paulatinamente una degradación de la posición de figuras femeninas. Es claro en el caso del dios Zeus, que quitaba cualidades valorables a las mujeres que desposaba para incorporárselas. Este proceso va culminando cuando aparecen los padres de la filosofía griega, especialmente Aristóteles, quien legitima en ese plano del saber, el lugar preeminente de cualidades, como la razón, que ubica en lo masculino.

   En el mundo hebreo ese proceso se observa en las acciones de destrucción de todo lo que fuese iconografía e inscripciones relacionadas con diosas, incluso por mandatos explícitos de algunos de sus reyes.

   Así, en occidente, durante siglos de mayor vigencia de los mitos fundantes y consecuentemente de sociedades despóticas, el lugar de la mujer quedó descalificado. En los últimos siglos, con el advenimiento de regímenes políticos más liberales y el espacio que pudieron ganar infinidad de grupos que fueron produciendo pequeñas modificaciones en diversos territorios y en coyunturas diferentes, ese lugar fue recuperando su valor.

   Este proceso se produjo no sin violencia. Recordemos que el movimiento que se sitúa como comienzo de estas nuevas sociedades, el de la Revolución Francesa, llevó a la guillotina a Olimpia De Gouges, que se atrevió en ese tiempo a escribir una declaración de derechos de la mujer. En fin, con esto podemos pensar, juntos con muchas otras cosas, que los acontecimientos más luminosos de la historia, siempren contienen su lado oscuro.

   Bien, lo planteado tiene que ver con determinantes que han permanecido a través de los tiempos y que, respecto del tema surgido hoy, participan también en la generación de la pobreza estructural, a la que podría agregarse hoy una especificación que es esta pobreza coyuntural que se asienta sobre la otra, originada en los cambios en la organización del trabajo.

   Quienes más la sufren son aquellos que no pueden oponer resistencia, tanto en el plano individual como en el social y consecuentemente quienes no puede construir proyectos alternativos. Y en cuanto a estos, no hay límites, como vimos en el caso de los cartoneros pero que se puede observar en una multiplicidad de grupos., como el de mujeres que trabajan desde hace años desde adentro mismo, en la promoción de la vida en villas.

A este respecto y porque ha sido una gran enseñanza para nosotros, quiero insistir en que la producción de nuevas subjetividades no se expresa sólo en la acción social imaginativa y efectiva en el logro de distintos objetivos de supervivencia y de promoción social, sino en el desarrollo de un pensamiento autónomo, crítico y analítico de una profundidad sorprendente5.

   Nuestra experiencia con algunos de ellos nos ha mostrado que ello puede llegar a conceptualizaciones espontáneas que pueden correlacionarse con desarrollos teóricos muy importantes.

   En fin, el futuro, en función de lo visto y expuesto podemos pensarlo en el seno de un proyecto de máquinas sociales mortíferas, donde no importará que haya o no haya Estado, en tanto  seguirán generando excluídos y seguirán intentando destruir a los sujetos autónomos que son considerados peligrosos porque se resisten, pero que lo son más porque están mostrando alternativas reales a este mundo.

O podemos pensarlo aportando a un proyecto estratégico en el cual los movimientos sociales, articulados en su acción, tengan un lugar protagónico en las decisiones políticas.

   Es indudable que se han producido avances de esos movimientos en sus territorios y también en las relaciones de red en aquellos que contienen núcleos en diferentes territorios y entre diferentes movimientos entre sí.

   En cuanto a acciones tácticas globales están los acontecimientos protagonizados por los denominados movimientos anticapitalistas en ocasión de las reuniones de los grandes de la economía y las finanzas que no han dejado de sorprender por su volumen y la efectividad de sus tácticas aún cuando implicaron la acción conjunto de más de 250 movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales. Existen también movimientos que implican desarrollos estratégicos de otra índole como ATTAC, cuya presencia en diferentes partes del mundo  se ha comenzado a percibir.

De todos modos queda mucho camino por recorrer y obstáculos a superar. En el interior, las posibilidades de analizar las contradicciones entre ideas progresistas y deseos reaccionarios. Estos últimos encarnados muchas veces en actitudes que reactualizan los vicios políticos, de prácticas gremiales burocráticas y de una militancia pasiva a prescripciones verticalistas6.

   Al exterior la superación de formas jurídicas del poder antiguo infisionadas en las formas democráticas, especialmente la superación de formas que supeditan todo a una representación política ficcional, y que ello pueda dar paso a la posibilidad de articulación firme y a la acción directa de los movimientos sociales en el nivel político. Cometido esencial aunque especialmente dificultoso.

   Para finalizar digamos una palabras sobre los intelectuales. En estos interesantes procesos de desarrollo de los movimientos sociales se han integrado intelectuales, aunque en su mayoría, sobre todo aquellos que se desempeñan en el ámbito académico, se ha mantenido al margen. Siendo estos sujetos en muchos sentidos los «lenguaraces» del sistema en tanto son los que tienen acceso a un público atado y a los medios de comunicación, de constituyen en un gran problema porque creo que en sus mensajes predomina un clima entre depresivo y melancólico que dá lugar a evaluaciones pesimistas que hacen pensar en la imposibilidad de ir contra esas poderosas máquinas del mercado globalizado.

Creo que estas evaluaciones llevan consigo un malentendido en tanto dichos intelectuales en general son miembros de las clases de medios ingresos, cuya existencia siempre ha estado signada por la dependencia a diferentes instancias de poder: docencia, investigación, subsidios, becas que, por lo general originan múltiples condicionamientos.

   Pero también dan la impresión de que creen que están evaluando  a la sociedad en su totalidad, cuando en realidad lo que hacen es evaluar la situación y estado de ánimo de esas clases, sacudidas por una mayor inestabilidad y incrementado temor a la caída.

   De ahí que sería interesante que hubieran más trabajos investigativos, de reflexión y sobre todo de participación directa en esos numerosos, creativos, dinámicos y muchas veces sorprendentes movimientos sociales que ponen en acto, hoy, ese otro mundo que desean.

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